Ruta de los Pantanos: Etapa 3 Navaluenga - Valmojado

miércoles, julio 02, 2014 Sin comentarios
La noche de descanso en el Albergue Sierra de Gredos me sentó de maravilla, y es que estaba más cansado de lo que en un principio yo mismo creía. El sueño había sido reparador pero todavía quedaban muchos kilómetros por delante, y como no, muchas experiencias que pasar.


Recogí todo los bultos y bajé a desayunar pronto, para así poder salir lo antes posible y ganar tiempo en caso de que tocase hacer más senderismo que ciclismo. Café con leche, tostadas y unos pocos de cereales fue lo que tomé para llenar mis reservas para este día, y así partí del albergue en dirección sur para cruzar el embalse del Burguillo.









Al poco de cruzar el puente subimos ligeramente a través de una especie de urbanización y  en breve giramos a la izquierda, momento donde el paisaje parece cambiar de golpe y porrazo



Por momentos me da la sensación de estar en Asturias y no tan cerca de Madrid. El camino, a pesar de las lluvias, no está en muy mal estado, pero si que podemos ir viendo que este tramo no va a ser una cañada ni mucho menos.




El camino se va convirtiendo poco a poco más bien en una senda ancha, que en todo momento va a tener desnivel positivo por su lado derecho y desnivel hacia el pantano por su lado izquierdo. Como se suele decir, para muestra un botón:


La senda en algunos momentos no es cómoda para ir montado, sobre todo si vas con una bici de 28 sin suspensión y cargado con alforjas, tienda, etc...pero merece la pena...y bastante


La incomodidad que os comento es más debido a la cantidad de piedras sueltas y lo roto de las mismas en algunos momentos, que a desniveles insalvables y difíciles, de hecho en muchos momentos iba montado, pero por no jugarme una caída tonta, en muchos otros echaba el pie a tierra.



Poco a poco vamos ganando altura, aunque realicemos algunos subes y bajas no excesivamente pronunciado, pero cuando ya casi hemos llegado al punto más alto, la senda vuelve a convertirse en camino más ancho y vemos ya algunas marcas de GR.




Al parecer, por este otro lado se accede a alguna que otra finca de la zona, e incluso vemos acceso a alguna  casa de piedra en construcción



Una vez que divisamos nuestra bajada, también tenemos una muy buena panorámica del pantano desde la otra orilla. Cuidado con emocionarse en exceso en la bajada, ya que cuando yo bajé al final del camino había "sorpresa"...menos mal que yo no soy de bajar muy a saco...


La "puerta", por llamarla de alguna manera, está puesta para que se pueda abrir y volver a cerrar sin problemas, es más bien para limitar el paso de animales.


Y lo dicho....unas vistas increíbles


En este punto tuve otra de las anécdotas animales del viaje, de la cual ahora guardo un simpático recuerdo...pero que en aquel momento me acojonó un poquillo. Cuando iba circulando por el camino en paralelo a la orilla del pantano veo huellas y heces de lo que parecen caballos, por lo que pienso en que hay alguien haciendo rutas por aquí....pero que va...lo que había eran caballos sueltos por la zona...y no uno ni dos...sino al menos seis o siete. Los primeros con los que me crucé, se salían del camino según yo me iba acercando, pero sin embargo, al acercarme lentamente a un ejemplar joven veo que este no se aparta. Yo me paro y avanzo despacio un poco más para ver si el reacciona, pero veo que fija su mirada en mi y se coloca como encarándome. Para no tentar la suerte, decido recular un poco y saliéndome del camino, aunque sea campo a través, rodearlo y así no molestarle. Lo curioso es que en toda esa maniobra el amigo no me quita la mirada de encima, y cuando ya decido seguir adelante...veo que me sigue....así que decido salir de allí rápido y al salir ligero, unos 100 metros más adelante...me encuentro a otros tres caballos tapando el camino¡¡¡¡ pego un poco de frenazo a lo lejos para ver si me escuchan y por suerte se abren y paso. Un poco agobiado paro unos metros más adelante...y cuando me giro para tomar una foto...veo al primer caballo que viene de a tomar por saco con ritmo ligero¡¡¡¡ Sinceramente no se si lo que sentía era curiosidad....pero no me iba a quedar a verlo¡¡¡ Aquí tenéis una foto que saque antes de salir a todo trapo...jajaja...el que está en el camino es nuestro amigo el perseguidor


Por suerte no tenía muchas ganas de ponerse a galopar y ya no volví a verle...y si...miré unas cuantas veces para atrás. Avanzando por este camino tan bueno, llegamos a la Rinconada, que es una especie de aldea con un encanto especial, y porque no decirlo, algunas casas bastante chulas por los alrededores.




Aquí hay un repecho bastante chulo por sendero para subir a un alto, en el que yo sinceramente eché el pie a tierra y realice un poquito de "empujing". La foto está tomada desde la parte alta del sendero...y no parece tanto, pero os prometo que es serio..jejeje


Una vez en la parte superior ya llegamos a la entrada de La Rinconada, y por aquí ya cogeremos por una carretera en muy buen estado, abandonado las senda y caminos..por ahora




A pesar de ser carretera también tenemos algún repecho justo antes de salir a la carretera AV-418. Este punto es fácil de identificar, ya que veremos un paso canadiense y el cartel que nos indica para seguir hacia La Rinconada




Hay que reconocer que esta zona es auténticamente preciosa, y encima todo el tramo que nos esperaba en adelante era prácticamente llano o en bajada. Si os pilla con lluvia como a mi, no os emocionéis en exceso, que hay zonas con curvas cerradas...merece más la pena pararse a disfrutar de las autenticas postales que podemos ver. La verdad que el conocido como Valle de Iruelas me ha dejado con ganas de explorarlo más a fondo, así que en breve volveré por esta zona




Siguiendo por la carretera llegamos a Las Cruceras, en donde podemos ver una bonita iglesia en un alto y el la llamada Casa de la Reserva Natural del Valle de Iruelas que es un centro que forma parte de la red de patrimonio natural de Castilla León, y donde se pueden hacer actividades, pedir información, etc..





Una vez salimos de Las Cruceras seguimos por la orilla sur del pantano y no vamos acercando a la presa del Burguillo, desde la cual cogemos la N-403 para llegar a El Tiemblo. Creo que existe una alternativa por camino que va unos metros más arriba, pero esta solo nos sirve durante unos kilómetros y vuelve a salir a la carretera.




Enseguida llegamos a El Tiemblo, ya que el tramo es corto, y aquí aprovecho para realizar las compras de rigor, ya que luego iba a estar bastante tiempo sin pasar por ningún pueblo y quería llevar comida y bebida de sobra. Una vez hechas las compras, cruzamos el pueblo y salimos en dirección sur por el camino de Artezuela.



El camino en su inicio está cementado y tiene un desnivel bastante majo...vamos de plato pequeño y mucha paciencia. Llega un momento en el que el cemento se acaba y nos encontramos con un cartel que nos recuerda que por estos bosques la acampada libre está prohibida. En este punto nos quedan unos metros para llegar a una horquilla en donde el desnivel aflojará un poco, ya que hasta este punto las rampas son durillas..ya que incluso en momentos puntuales sobrepasan el 15%.



Una vez pasadas estas rampas, el desnivel suaviza y empezamos a disfrutar de las vistas. Vemos que en poca distancia hemos subido bastante...y en el fondo aún nos queda otro poco más


El camino tiene charcos pero no está embarrizado por suerte, así que afrontamos de nuevo una subida constante que nos va a llevar a subir unos 130 metros más en un kilómetro y medio, es decir, un desnivel medio del 8% para que nos llevemos buen recuerdo de este precioso bosque.



Cuando ya hago cumbre paro a un lado...tomo aire y veo que ya es la hora de ir comiendo algo y reponer energías. Saco la barra de pan, un poco de paté y la bebida que compré en el tiemblo y me siento tranquilamente a comer y disfrutar de las vistas, todo ello después de asegurarme un par de veces de que no toca seguir subiendo :)


Con la tripa llena, todo recogido (importante¡¡) y una bajada de casi cinco kilómetros por delante, me pongo en marcha. El camino está en buen estado, aunque en algunos puntos hay que tener cuidado con las roderas generadas por las lluvias, las raíces que se han quedado al aire y las piedras que se han desprendido. Cuando casi ya hemos acabado la bajada vemos que atravesamos una urbanización que hay en esta parte final de la ladera.


Al llegar a la parte de abajo no veo ningún acceso a la carretera que tenemos que tomar, pero al mirar un poco más a fondo, veo un sendero que nos da acceso al arcén de dicha carretera, la N-403. Por ella vamos a circular por una buena bajada durante un par de kilómetros hasta desviarnos a la derecha por la AV-904 dirección Plasencia, la cual coincide con el recorrido de la cañada real leonesa oriental.



Al poco pasamos por el cerro guisando en el cual se encuentran los famosos toros homónimos, y donde por supuesto, paré a echarme las fotos de rigor.






Una vez acabada la visita, sigo por la carretera y enlazo con la M-542 en dirección a Cadalso de los Vidrios. En principio tenía una alternativa por camino yendo hacia la urbanización pinar del Valle desde la glorieta conde cogemos la M-542, pero visto lo que llevaba y lo que me quedaba, decidí seguir por la carretera. En wikiloc podéis ver como en principio tiro por camino y finalmente me doy la vuelta, no he corregido ese "rabillo" para que podáis ver la alternativa que os he comentado.



La carretera está en buen estado y no tiene apenas tráfico, eso si, un poco de arcén se agradecería para circular con más comodidad y seguridad. La subida a Cadalso es durilla a pesar de ser por carretera, ya que son unos dos kilómetros con una pendiente media del 7%, pero por lo menos los desniveles son constantes, lo cual te permite marcarte un ritmo con el que afrontar las rampas.



Atravieso el pueblo y hago una parada en la gasolinera, donde tengo una agradable charla con una chica bastante simpática que trabajaba allí, y además me compro un helado para darme el gustazo y así aprovechar para reponer unos poquitos de azucares :P


Me llamó la atención de el monumento al cantero que hay justa al lado de la gasolinera


De Cadalso de los Vidrios salimos de lo que podríamos catalogar como "carretera fantasma", y no es más que una de estas carreteras antiguas en pésimo estado en la que si te tumbas en medio, seguro que mueres antes de sed que de un atropello.




Encima gran parte del trayecto por esta carretera es con desnivel a nuestro favor, con lo que podemos centrarnos en disfrutar del paisaje y retomar fuerzas.


Seguimos por ella hasta que nos cruzamos con la M-544 que nos va a llevar hasta Almorox. esta carretera se encuentra en bastante mejor estado, pero el tráfico que tiene es exactamente el mismo, es decir, ninguno.


Aquí a  los perros de un pastor les dio por venirse a por mi como un rayo, pero por suerte, y con la experiencia que llevaba ya en este viaje, ya llevaba buen ritmo y solo tuve que acelerar un poquito y escuchar como el pobre no paraba de echarles la bronca a los perros. Evidentemente este viaje es el de la antipatía animal, nunca me habían pasado tantos episodios "animalísticos" en una misma escapada


unos dos o tres kilómetros antes de llegar a Almorox lo vemos a lo lejos a nuestro nivel, pero justo antes de llegar bajamos bastante de forma rápida para luego volver a subir durante un kilómetro.



Estas son la vistas una vez arriba y que nos muestra la zona desde la que venimos, quedando a lo lejos parte de  la sierra de Gredos


Cruzo Almorox y aquí empieza la aventura del día. En la ruta ya tenéis corregida la alternativa, con lo cual no os tenéis que preocupar, ya que la que os bajéis estará bien. Al salir de este pueblo yo lo hice por un camino que va más hacia el este y no por el camino de Almorox a Almorojuelo como os he corregido en la alternativa.



Mi idea era seguir en dirección este lo más recto posible para cruzar el Alberche y subir por el castillo de Alamín y luego tirar en  dirección Méntrida. A los pocos kilómetros me encuentro con una finca privada bastante vallada y con paso canadiense,ya sabéis, esa reja longitudinal en el suelo para que no se acerque el ganado. Como yo no soy mucho de saltarme las reglas decido rodear por la derecha y seguir el camino el cual va pegado a la valla...y de pronto veo al otro lado un grupo enorme de ciervos¡¡¡ Por desgracia fue intentar parar para sacarles la foto y salir pitando. Estaba claro que esa finca privada era un coto de caza mayor, así que más razón para no meterse Unos kilómetros más adelante, después de pasar por zonas ya casi silvestres, me encuentro un punto en el que o vuelvo atrás o paso por debajo de una alambrada, ya que tengo cercado todo a mi alrededor. De horas de luz ya iba bastante pegado, así que paso por debajo i tiro para adelante. La zona era prácticamente virgen, con bastante matorral y cuanto más avanzaba, más difícil se hacía el volver atrás. Por suerte llevaba gps, así que tome una determinación, vi que unos 500 metros más adelante cruzaba un camino, así que tiré recto para llegar hasta el, incluso teniendo que cargar con la bici a hombros. La apuesta fue buena...pero incluso tuve que vadear un arroyo  que me llegaba por encima de las rodillas con la bici a cuestas. Después he visto que el arroyo es el de los Carcabones, pero vamos, no so voy ni a aburrir ni a recomendaros su vadeo...jajaja. El camino al que salgo es el camino vecinal de Escalona y Almorox a Villa del Prado, y mi idea seguía siendo la de ir hacia el este y cruzar el Alberche por la zona del castillo, pero vallas y puertas con cerraduras digitales¡¡ era todo lo que encontraba. Finalmente me dí por vencido y tire en dirección a Villa del Prado.




Al salir de la zona vemos como marca como finca privada a pesar de ya estar en la propia M-540 y como cambia el asfalto en el cambio de provincia...esta carretera pasa al lado del conocido pueblo fantasma del Alamín...pero con las prisas y el agobio me lo pasé sin darme cuenta




En poco minutos, y después de cruzarme con alguna grupeta de ciclistas, ya estaba en Villa del Prado, pueblo que me sorprendió gratamente pero en el cual no pude parar mucho rato por lo pillado que iba.




Paré en una tienda a pillar agua y alguna bebida isotónica, ya que iba más seco que la mojama, y ahí estuve charlando un rato con la tendera, la cual me explico  en un rato la cantidad de manos por las que ha pasado el castillo de Alamín y que los terrenos que ahora están tan cercados y con puertas parece que los tiene el ejercito. No me puedo entretener más y tiro rápidamente por carretera hacia Aldea del Fresno, al cual ni entro y me desvío a la derecha por la M-510.



El tramo de M-510 está en muy buen estado, sin tráfico y con buenas vistas. Aquí le doy un poco de caña, ya que veo que el sol esta un pelín más bajo de lo que me gustaría y quiero llegar a Valmojado a hacer noche.



Llego a Méntrida con la luz abandonándome, pero por suerte Valmojado está bastante cerca por lo que decido ir por la CM-610 y llegar lo antes posible. De ir con más tiempo hubiese hecho este tramo por caminos, pero el día ya había sido muy largo y las fuerzas ya no daban para mucho más. Por fin diviso Valmojado a lo lejos. Con el sol en mi espalda doy las últimas pedaladas y sonrío al recordar todas las aventuras y desventuras del día, eso si, mi mente y mi cuerpo nada más que piensan en la ducha que me voy a dar en cuanto llegue.


Aquí me quedé en el Hostal Martín Varés, en el cual me trataron bastante bien y en el que los precios de las habitaciones individuales son lógicos, no como en otros sitios. En breve, el último capítulo de esta escapadilla, espero que os esté gustando, un saludo.

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