Vía Verde del Tajuña: Un tranquilo paseo invernal

Después de mucho tiempo sin hacer nada reseñable (cicloturísticamente hablando...:))...quedé con mi amigo Julián para aprovechar el lunes del puente de diciembre y acercarnos a realizar la vía verde del Tajuña desde Morata hasta el final de la misma en Ambite y luego vuelta.

Cierto es que con estas temperaturas a veces nos da pereza coger la bici, pero con el sol tan bueno que hacía estos días, nos parecía un sacrilegio no aprovechar y hacer algo aunque fuese suave. La verdad es que las vías verdes son unos trayectos maravillosos para realizar cuando ha llovido mucho y no queremos acabar de barro hasta arriba o cuando lo único que nos apetece es dar un paseo tranquilamente.

Como íbamos dispuestos a pasar el día tampoco madrugamos en exceso, así que quedamos a las 09:00 de la mañana para estar allí y puestos en marcha y funcionando sobre las 10:00. Mi compañero de fatigas, Julián, se acercó a Parla, cargamos las bicis en el coche y desde ahí fuimos hasta Morata.

Aparcamos a la entrada de Morata, justo al lado del parque, y nos preparamos para el frío que hacía en ese momento y que parecía que nos iba a acompañar durante toda la jornada. El día era soleado y despejado pero la temperatura, a pesar de que ya había subido un poco, andaba cercana a los 3 o 4 grados. Una vez equipados, nos ponemos en marcha y enseguida cogemos la vía verde, la cual esta debidamente indicada por todo el pueblo mediante carteles y pintadas en la calzada.

No tardamos en cruzarnos con algunos ciclistas que están aprovechando también para dar un paseo matutino, e incluso algún corredor con los que intercambiamos saludos y comentarios sobre lo fresco que está el día.

Nuestro primer punto de destino es Perales de Tajuña, el cual se encuentra a escasos 8 kilómetros del punto de partida. Poco a poco vamos cogiendo temperatura gracias al sol tan agradable que hace y a la ausencia de viento, el cual con este frío nos haría bastante incomoda la ruta.

Una vez en Perales cruzamos el pueblo brevemente y pasamos a circular por la margen derecha del río Tajuña unos 6 kilómetros hasta llegar a Tielmes. En este tramo la vía verde es de uso compartido, ya que sirve de acceso a las diversas fincas de la zona, por lo cual es posible que nos crucemos con algún vehículo que normalmente van a velocidad muy reducida y con bastante precaución.

Nosotros decidimos parar a desayunar en Tielmes, justo a la entrada donde está la piscina, ya que este bar dispone de terraza al aire, terraza cubierta y por supuesto de barra interior, con lo que hay posibilidad de elección para todos los gustos. Un buen café caliente y unas tostadas para tomar energías y temperatura y seguir la marcha.

A pesar del frío matutino, conforme iba pasando la mañana la temperatura se volvía más agradable ya que el sol nos daba de pleno y no había ni una sola nube a la vista. La diferencia entre las zonas de sol y las de umbría eran bastante grandes, incluso había zonas completamente heladas..

Nuestra próxima para era Carabaña que se encuentra a unos 8 kilómetros de Tielmes. Aquí es donde podemos seguir la Vía Verde del Tajuña o bien desviarnos hacia la Vía Verde de los 40 días que nos lleva hasta Estremera.

Yo nunca había cogido está vía hasta su final, ya que seimpre que había cogido este tramo luego me había desviado hacia Estremera por la vía de los 40 días, así que está vez tocaba tirar en dirección noreste hasta llegar a Orusco de Tajuña.

Esta zona es bastante distinta de lo que me esperaba, supongo que la época también influye, pero la vegetación y las vistas de este paisaje nos sorprendieron gratamente. De Orusco a Ambite hay 5 kilómetros escasos en los que con el solecito dándonos en la cara acompañado de una agradable charla a la vez que pedaleábamos, hizo que no nos diésemos ni cuenta cuando llegamos al fin de la vía verde.

Una vez llegados al final de la vía, decidimos ir a Ambite y dar una vuelta por el pueblo. Este pequeño pueblo está situado en una ladera por la cual subimos, y así aprovechamos para curiosear un poco por sus calles.

Vemos que según vamos subiendo sale un camino que nos lleva a una especie de caserón desde el cual parece que podemos tener unas buenas vistas, así que tiramos por el.

Seguimos callejeando y buscamos un sitio donde tomarnos un refresco y una tapita...no todo va a ser pedalear.

Decidimos no liarnos mucho y hacer de nuevo un poco más de hambre, así que comenzamos a realizar el camino inverso y a mitad de camino paramos para comernos un buen bocata de panceta...si...si...no había nada con más grasa...pero bien bueno que estaba.

El ansiado y merecido premio :)

Una vez devorado en la terraza, nos tomamos un cafetito para bajarlo...y salimos para hacer los últimos kilómetros de vuelta hasta el coche. Ritmo trotón...charlas magnificas....sol en la cara..un final perfecto para una jornada cicloturista de las que dan ganas de repetir...