Llevaba varias rutas en el gps, pero sin decidirme concretamente por ninguna, salí en dirección al faro de Trafalgar, el cual me pillaba bastante cerca y no podía dejar de visitarlo. Salí de la casa donde estaba pasando unos días y por los caminos salí a la carretera que va bordeando la costa hasta Caños, la A-2233. En las fechas que yo estuve no había prácticamente tráfico, supongo que ahora en verano si que habrá...pero vamos es más una calle que una carretera.
Al poco llegamos al desvió de nos lleva al faro de Trafalgar, y al girar y avanzar en dirección hacia la playa....las dunas han hecho de las suyas¡¡¡
Vaya altura que tiene la arena en algunos sitios¡¡..como para dejarse el coche aparcado por ahí...
El faro lo tenemos a la vista, así que decido hacer "empujing" en los tramos que hay arena y me monto en los que no. Tras pasar varios tramos, el último es totalmente ciclable hasta subir al faro.
Nos encontramos con algún cartel sobre la histórica batalla de Trafalgar...
...y con unas vistas impresionantes
Vuelvo por donde he venido y ahora tiraré en dirección a Caños de Meca, para seguir bordeando la costa y ver hacia donde tirar.
Una vez entro a Caños tenía pensado subir por la misma A-2243 para ir hasta Barbate, pero justo antes de empezar la subida por carretera me encuentro un desvío a mi izquierda que me indica "Sendero Caños-Torre de Meca"...y como yo soy más de camino y sendero que de carretera...al lío¡¡
Más que sendero, se trata de una pista en un estado buenísimo y por la cual se va rodando entre arboles. Cabe decir que inicialmente se hace en dirección hacia el oeste, es decir, al contrario del sentido en el que veníamos, pero luego iremos girando. La subida ligera empieza a cambiarse por unas rampas algo más exigentes y con el terreno algo más suelto, algo que notamos sobre todo si se nos ocurre ponernos de pie.
En muy poco tiempo ganamos metros rápidamente, y es que nos toca tirar de plato pequeño y sufrimiento en estas rampas...eso si, por suerte no son muy largas, pero es que en un kilómetro y medio ganamos 150 metros de altitud...con alguna rampilla del 15% y una media del 8%.
Estas rampas empiezan a suavizar y ya vamos intuyendo que va a merecer la pena `por las grandes vistas que vamos a tener. Vamos recuperando el aliento, dejamos un cortafuegos a nuestro lado y llegamos a un desvío.
En primer lugar decido seguir recto en dirección a la Torre de Meca, aunque luego volveré sobre mis pasos para ir al mirador...después de semejante subida hay que verlo todo. La torre no está accesible pero es bastante curiosa, y supongo que debe de tener buenas vistas...que para algo la hicieron, pero desde el suelo los arboles no nos dejan ver más.
Decido tirar hacia el mirador, y es aquí donde me encontré con una pareja de Logroño con los que estuve charlando largo y tendido. Eran unos enamorados de la zona y me comentaban que llevaban muchísimo años yendo allí, y que no se cansaban...y desde luego que no me extraña.
Las vistas eran flipantes, y la conversación excepcional. Sin darnos cuenta nos contamos media vida, e incluso me invitaron a que pasar a tomarme algo por donde ellos estaba, pero por desgracia no se dieron las circunstancias y no puede pasarme. Después de despedirnos y desearnos unas buenas vacaciones, empecé a bajar y de pronto noté un extraño: llevaba la rueda trasera prácticamente sin aire. Paré y cuando voy a echar mano a la bomba....me doy cuenta que he salido sin la mochila¡¡¡ Vaya desastre ni bomba, ni botiquín ni nada¡¡¡ Por suerte de pronto veo a lo lejos un grupo de bikers que viene subiendo. Los paro y les pido una bomba para hinchar la rueda, por suerte llevo tubeless y si le meto aire lo normal es que el líquido haga su función y tape el pinchazo. Mientras inflo la rueda me preguntan que si no soy de allí, y les comento que no, que soy de Madrid y que he salido a dar una vuelta. Con su gracia natural me dicen que si que he salido pronto¡¡¡ jajaja y me invitan a que me una a ellos, oferta que gustosamente acepto.
El grupo era numeroso y en su mayoría estaba formado por el grupo Fundidos Algeciras los cuales se habían desplazado a la zona ha realizar la ruta. Primero volvimos hacia el mirador del que yo volvía, ya que era hacia donde iban ellos, y aprovechamos a hacernos unas fotos para inmortalizar el momento.
También contábamos con guías locales de excepción que nos llevaron por senderos divertidísimos, así como un compañero de Málaga. La zona es bonita y divertida y requiere que estés alerta en todo momento ya que hay bastante arena...y cuando digo bastante es bastante. Al cruzar un cortafuegos en una zona muy arenosa pierdo el control y voy al suelo, y como ve dice un compañero de ruta "ya está, ya has perdido la vergüenza...jajaja".
En esta foto de Fundidos podéis ver que senderos tan chulos..
Al rato de ir ratoneando por senderos y arboledas llegamos a la torre del Tajo, que es otra torre vigía como la de Meca. Esta es más grande y se encuentra justo en la parte alta de un cortado impresionante sobre el mar.
Aprovechamos y nos hacemos unas cuantas fotos, vemos la almadraba lo lejos y cuando vamos a irnos de allí, nos invitan a acceder a la torre. La persona encargada nos dice que no nos preocupemos, que le echa un vistazo a las bicis y que pasemos a verla.
Su interior es bastante curioso, y porque no decirlo, bastante estrecho. Una especie de escalera de caracol sinuosa y con escalones bastante altos nos llevan a la parte superior.
Cuando llegamos arriba vemos la funcionalidad de estas torres: que vistas¡¡
Una vez acabada la visita, cogemos las bicicletas y tiramos de vuelta por senderos y pista, primero en dirección norte, y luego en dirección oeste hasta enganchar con la vereda de Zahora.
Mis compañeros de ruta iban hacia el camping que había muy cerca de donde yo me quedaba, así que la vuelta también la hacíamos juntos. Casi al llegar paramos en la Venta de Luis a tomar una cervecita ( a la cual me invitaron...ya que como no...iba sin cartera, que desastre¡¡) y comentar la ruta.
Mientras nos tomamos una cervecita bien fresca, echamos un gran rato de charla sobre rutas, bicis, etc... Cuando acabamos los refrigerios, hacemos unos kilómetros más hasta Zahora y finalmente llega el fin de la ruta y nos despedimos, la verdad que fue un autentico placer rodar con ellos y espero que tarde o temprano, ya sea porque yo baje por allí o que ellos se animen a subir, volvamos a compartir pedaladas.
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